miércoles, 21 de agosto de 2013

Pelos y tijeras

Tras muchos años con la duda, y aprovechando una barbacoa la semana pasada, me decidí a preguntarle a algunos amigos:

- Oídme, chicos, ¿vosotros os arregláis los pelos de los huevos?

La respuesta fue sorprendente para mí al descubrir que todos, sin excepción, se hacían algo en la zona púbica. Unos se la afeitaban completamente, otros simplemente se recortaban. Yo, atónito, escuché a cada uno de ellos. Sus técnicas, sus consejos... Los entresijos del cuidado púbico rozan la calificación de ciencia.

Así pues, en mi afán por conocer, esta mañana he decidido que era hora de probar a hacerme un arreglito en mi selva del amor. Barajé las distintas opciones. A saber: depilación integral, maquinilla de afeitar con límite de tamaño y simples tijeras. Por ser mi primera vez pensé que lo mejor sería optar por un básico recortado de la mata con unas tijeras.

Me quedé en pelota picada y comencé la operación. En todo momento pensé que podía ocurrir alguna catastrofe, pero finalmente no tuve ningún sobresalto con mis fábricas de zumo de vida. Fue todo perfecto. Ahora tengo el pubis de un adolescente. Queda bastante más bonito que antes, la verdad.

La vida es un constante de experiencias que te hacen crecer, avanzar, ver el mundo desde diferentes prismas. En esta mi última experiencia quiero compartir con todos algunas lecciones aprendidas:

  • Los pelos de los huevos (y por su extensión los de toda la zona púbica) se quedan muy pegados a la escoba. Imagino que será algún mecanismo mágico de la madre naturaleza que sin duda tendrá una función muy útil. Pero es un detalle que se antoja poco práctico a la hora de recoger las huellas del cuidado masculino.
  • La zona se ve más bonita. Esto es una verdad innegable. Aunque la primera meada que eché me dio un poco de grimilla ver eso tan despejado. Parecía el pene de un púber.
  • El cuidado de las zonas íntimas, más allá del lavado obligatorio, te hace sentirte bien. Al menos la primera vez.

Con todo esto lo que no sé es si repetiré. O, más importante, si repitiendo, llegaré más allá en mis investigaciones probando los distintos métodos disponibles. Haga lo que haga intentaré manteneros informados. Pues sé que éste es un servicio que hago a la sociedad de importancia capital.

Un saludo cordial a todos los que tengan o no pelos bajo su tripa.

viernes, 30 de marzo de 2012

¿A la rubia o la morena?

La otra noche me di un paseo nocturno por la ciudad en la que habito. Al final se nos hizo un poco tarde y, ya de vuelta a casa, decidimos comer algo en un bar que aún permanecía abierto. Al llegar preguntamos:

- "¿Ponéis algo de comer a estas horas?"

- "Sí, creo que todavía tenemos algo. Déjame que mire...", contestó el camarero mientras se dirigía a la pequeña cocina que había en una esquinita de la barra. Al instante volvió: - "Mira, te puedo poner un montadito de carne mechá o un montadito de queso."

- "Pues entonces ponme un montadito de carne mechá con queso", contesté sin vacilar. A mi amigo le pareció buena idea y se pidió otro igual.

Al poco rato nos trajo los montaditos. Estaban muy ricos. El queso estaba fundido sobre la carne mechá y el pan estaba crujiente. Entonces se acercó el camarero hacia nosotros. Le gustó la idea del montadito de carne mechá y queso y él también se hizo uno.

- "¡Joder qué bueno está esto!", nos dijo, - "¡Nunca se me había ocurrido mezclarlo!"
Entonces me acordé de una vez que me encontraba en un bar en el que nos pedimos unas bebidas espirituosas. El camarero, muy amable, tras prepararlo con mucho esmero, nos ofreció algo para acompañar la bebida.

- "¿Quieren unos frutos secos o unas gominolas?"

- "Queremos frutos secos y gominolas, muchas gracias."

Fue perfecto.

Hace algunos años tuve la oportunidad de jugar a una aventura conversacional muy divertida. En un pasaje te encontrabas con dos extranjeras facilonas, y la pregunta para avanzar era "¿A qué extranjera te follarías, a la rubia o a la morena?" Obviamente, la respuesta para continuar era: "A las dos".
Creo que es una filosofía de vida maravillosa. Y hasta ahora, con cada camarero que he probado, no sólo es que haya funcionado, sino que además se lo han tomado con muy buen humor. ¡Suerte si lo intentáis!

jueves, 18 de agosto de 2011

Aplicativo vs aplicación

Algo que odio sobremanera es que haya gente que use la palabra aplicativo en lugar de aplicación. Es algo que se está volviendo cada vez más de moda, sobre todo entre vendedores de humo y jefes tecnológicamente ineptos.

Hoy, mientras me encontraba curioseando la página del Instituto Nacional de Estadística, he visto esta aberración — «APLICATIVO NOMBRES» — en el título de la aplicación de búsqueda de nombres. No he podido resistirme y les he escrito el siguiente correo:


Buenos días,

estaba consultando por curiosidad la página de consulta de nombres ([1]) y he podido observar que el título de la página es "APLICATIVO NOMBRE" (el que aparece en la parte superior del navegador o en la barra de tareas). La cuestión es que "aplicativo nombre" no significa "aplicación de nombres". "Aplicativo" y "Aplicación" son conceptos absolutamente diferentes (el error viene de la mala traducción de la palabra inglesa "Application"). Un "aplicativo" es una cosa "que sirve para aplicar algo" ([2]), como por ejemplo un enema o un tampón, mientras que una "aplicación" es un "programa informático" ([3]).

Sería conveniente que intentaran cambiar ese pequeño detalle para que, además de ofrecer una información muy valiosa, no se lleve a nadie a una desagradable confusión.

Un saludo.

[1] http://www.ine.es/tnombres/formGeneralresult.do?vista=1
[2] http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=aplicativo
[3] http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=aplicaci%F3n


Seguro que no echaran ninguna cuenta, pero al menos tenía que intentarlo.

jueves, 25 de febrero de 2010

Chiquito in the sky

El otro día me dispuse a comprobar mi boleto de lotería. Lo hice a través de la web de Loterías y Apuestas del Estado. En este caso mi ludopatía estaba orientada a obtener algún premio en el Gordo de la Primitiva.

Bien, inserté en el cuadro de comprobación el primer número, que coincidía con el primer número premiado. Así, seguí hasta que estaban todos. Pulsé el botón para comprobar mi boleto y la página me informó de que estaba premiado con más de 350 mil euros... En ese momento no supe qué hacer. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue ¿cuánto son 350 mil euros en pesetas? A los segundos me tranquilicé y pensé que eso no podía ser verdad.

En efecto, no era verdad. Lo que ocurrió fue que como el primer número se correspondía con el premiado, después, inconscientemente, seguí copiando los números premiados en vez de copiar los que venían en mi boleto. Repasé los números y pasó lo lógico y más probable. No me tocó ni un céntimo.

Ha sido la vez que más cerca he estado de ser millonario. Y por un momento, lo fui, aunque sólo en mente. Lo cual ha cambiado mi vida. Ahora pienso diferente.

Así que en mi nuevo yo he pensado que si me toca un premio obscenamente grande lo compartiré de algún modo con el mundo. No me dedicaré sólo a satisfacerme a mí. Se me ha ocurrido que sería bonito fletar un avión de esos que dibujan mariconadas en el cielo con botes de humo y darle un uso más satisfactorio para todos. Pero nada de corazones o cosas así.

Lo bello sería que dibujaran, por ejemplo, expresiones propias de Chiquito de la Calzada. Imaginad poder leer en el cielo a las 12 de la mañana un enorme «Jarl». Posteriormente, sobre la 1, un gran «Grijander». Y a la tarde, un magnífico «Fistro».

¿No seríais todos más felices por un momentito?

miércoles, 7 de octubre de 2009

La Ciencia en España NO Necesita Tijeras...

Noticias frescas desde las altas esferas:

El gobierno español reducirá los gastos en I+D+i en un 17,7%.


La verdad es que no sé por qué la gente pone el grito en el cielo. Con lo bonito que es hacer las cosas como se hacían antes. Ahí tenéis multitud de edificios romanos aún en pie. Eso sí que era ingeniería. Y sin ordenadores.

Además los valores se están perdiendo: la abolición del botellón; los ligues por tuenti, facebook, meetic y similares; los blogs donde la gente escribe lo que le da la gana... ¿Dónde vamos a parar?

Propongo reducir los gastos destinados a Investigación y Desarrollo al 0% y hacer un ejercicio de memoria histórica como nunca se ha hecho. Cojamos palos y piedras y destrocemos las centrales eléctricas. Usemos nuestros móviles para jugar a los bolos. Volvamos a las cuevas y dejémonos barba.

Total, hay un montón de gente que ha visto todas las temporadas de Perdidos prestando muchísima atención y sabe qué es lo que hay que hacer en estas condiciones. Beber orina en ausencia de agua tampoco debe de ser tan malo.



Creo que esta gente del gobierno no tiene muy claro qué es eso de internet y esta iniciativa no valdrá para nada. Pero bueno, ahí está mi granito de arena.

martes, 30 de junio de 2009

Calcetines

La primera vez que vi Superman en la tele (la I, la de 1978) era muy pequeño. Un niño impresionable. Pero no fue que nuestro héroe volara, o que salvara al mundo, o que pudiera ver el color de la ropa interior de la protagonista... Lo que realmente me emocionó fue cuando Luthor, queriendo demostrar con sólidos argumentos lo asquerosamente rico que era, le contó a Superman que estrenaba un par de calcetines todos los días.


Eso sí que es una muestra de poder. Un par nuevo cada día. Además seguro que eran de los buenos. De esos que no hacen que te sude el pinrel. Os aseguro que es una de las razones por la que juego de vez en cuando a los Euromillones.

Así que ya sabéis, si queréis hacerme feliz podéis regalarme una caja de mil calcetines de algodón de distintos colores y grosores que me dure para unos tres años.

Gracias.

domingo, 10 de mayo de 2009

El cambio del borracho

Hola a todos. Hoy os voy a introducir en un concepto que para muchos de vosotros puede ser nuevo y para otros tan antiguo como la vida misma. Se trata del denominado Cambio del Borracho.

¿Qué es?

El Cambio del Borracho es un fenómeno que se da en muy variadas ocasiones, pero todas ellas con un nexo común: una intensa intoxicación etílica. Ocurre cuando el borracho (o borracha) se acerca a la barra para pedir algún tipo de bebida espirituosa. En este instante se percata de su borrachera y se da cuenta de que no es capaz de contar las monedas con las que va a pagar. Entonces, en un alarde de inteligencia, el borracho coge su cartera, comprueba la disponibilidad de billetes y, si cuenta con alguno, paga con él su copa confiando en que el camarero esté menos borracho que él mismo y sea capaz de darle la vuelta correctamente.

La técnica es buena. Es un hecho que funciona siempre y cuando dispongas de billetes dentro de la cartera. Y si el camarero no es demasiado poca vergüenza, puede hasta darte el cambio correcto. La verdad es que en estos casos cualquier cambio, aunque no sea del todo exacto, te suele valer.

¿Efectos secundarios?

Todo parece perfecto: el borracho obtiene su bebida; el camarero consigue su dinero en un tiempo aceptable; pero... tu bolsillo se va llenando poco a poco de monedas fruto de ese intercambio de billetes por alcohol.

¿Por qué me cuentas esto ahora?

Bien, os cuento esto porque el otro día decidí acabar con el enorme montón de ropa que había sobre una de las sillas de mi dormitorio. De entre decenas de camisetas, calcetines, sudaderas y demás ropa sucia, surgió un pantalón tintineante. El tintineo venía por una anormal concentración de monedas en uno de sus bolsillos. Las saqué una a una y este fue el resultado obtenido:



El auténtico y genuino Cambio del Borracho en estado puro. 23 monedas de euro, 4 de dos euros, y un poco de calderilla para completar un total de 31,70 euros en monedas. O es eso, o me puse a aparcar coches en una calle concurridísima y no me acuerdo.